Siempre acompañados al piano por Franco Castellani, el espectáculo comienza con un diálogo introductorio tipo Faemino y Cansado donde despellejan a todo el espectro político-monárquico-periodístico nacional de caraduras. Muy bien hilado y definitivamente los 30 minutos más graciosos del global. Después se queda solo Arévalo y nos ofrece un monólogo un poco acelerado lo que hace que el público lo pase bien sin llegar a la carcajada. Luego viene el turno de Bertín donde después de reconocer como buen caradura que él no es actor y no debería estar ahí, comienza a contar anécdotas de sus correrías con Arévalo de los últimos 30 años.
Y después una despedida conjunta a lo Rat-Pack español. Es decir, que en vez de cantar melodías románticas y semicanallescas a lo frank Sinatra-Dean Martin, se cantan rancheras mezcladas con capotes toreros y chistes de maricas.
Anque como todos supondréis el público estaba compuesto casi al 100% por segmento 3ª edad, es un espectáculo recomendable para todos los públicos sobre todo porque a esta clase de eventos les quedan dos telediarios. ¡A disfrutar!.
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